Un día de 2003, el ciclismo británico cambió por completo. Desde 1908, sólo habían ganado una medalla de oro en los Juegos Olímpicos y cero campeonatos del Tour de Francia. 110 años sin un solo campeón británico del Tour. Hasta que Dave Brailsford fue nombrado director de rendimiento.
Acumulación de ganancias marginales
Brailsford puso en marcha una estrategia que llamó acumulación de pequeñas ganancias marginales. El nuevo director y su equipo buscaban cualquier pequeña mejora en todo lo relacionado con el ciclismo. Empezaron rediseñando los asientos para hacerlos más cómodos y frotando con alcohol las llantas para mejorar el agarre. 1% mejor. Implementaron el uso de pantalones cortos que mantenían la temperatura ideal durante las carreras. Otro 1% mejor. Probaron varios trajes y se quedaron con los más ligeros. Otro 1% más. Encontraron la mejor almohada y el mejor colchón para los ciclistas. Y otro 1% mejor.
Estas pequeñas mejoras, sumadas a otras que el equipo de Brailsford fue implementando, no tardaron en generar resultados.
En los Juegos Olímpicos de 2008 en Beijing, el equipo británico ganó un 60% de las medallas de oro. En los siguientes juegos, Reino Unido estableció nueve récords olímpicos y siete récords mundiales. Ese mismo año (2012), Bradley Wiggins se convirtió en el primer ciclista británico en ganar el Tour de Francia. Le seguiría Chris Froome, que ganaría cuatro de los siguientes cinco Tours (2013, 2015, 2016 y 2017).
178 campeonatos mundiales, 66 medallas de oro olímpicas o paralímpicas y 5 Tours de Francia. Entre 2007 y 2017, el equipo de ciclismo británico logró la racha más exitosa en toda la historia del ciclismo.
Sobreestimamos la importancia de momentos puntuales y subestimamos el valor de la repetición diaria. Pensamos que el éxito es un todo o nada. Pensamos que para perder peso, construir un producto que vende, aprender una habilidad, escribir un libro o alcanzar cualquier otro objetivo, hay que realizar una hazaña propia de una biografía de éxito. Al menos eso es lo que nos han contado.
Una pequeña mejora del 1% puede marcar la diferencia a largo plazo. Si consigues mejorar ese 1% al día implementando pequeños cambios, terminarás el año treinta y siete veces mejor que cuando empezaste. Si sigues el camino contrario y empeoras un 1%, al final del año te quedarás casi a cero. Este es el enorme poder de las ganancias marginales. La pequeña victoria o el pequeño revés que hoy pasa desapercibido, con el tiempo lo cambia todo.
Los hábitos son el interés compuesto de la mejora personal, las pequeñas acciones repetidas en el tiempo que te permiten lograr cambios significativos y duraderos en tu vida.
La mayoría de las personas ven el éxito y la vida como un evento. Hablamos de perder 30 kilos, construir un negocio que genere dinero o ganar el Tour de Francia, como si fuesen eventos. La realidad es que son procesos donde las pequeñas mejoras marginales se acumulan. Para bien. O para mal.
La meseta de potencial latente
Al profundizar en cualquier historia de éxito, te das cuenta de que detrás del «de la noche a la mañana» hay años de trabajo. El motivo por el que muchas personas tiran la toalla es el valle de la desmotivación. En este punto, crees que tu esfuerzo merece más recompensa de la que estás obteniendo. En este punto, tu pensamiento lineal te juega una mala pasada. En este punto, te entran ganas de tirar la toalla.
Nuestro instinto nos lleva a pensar linealmente, pero el mundo está repleto de no-linealidades. Imagínate en una habitación con un cubo de hielo y un termómetro. Miras la temperatura: siete grados bajo cero. El hielo ni se inmuta. Sube la temperatura: menos seis grados, menos cinco, menos cuatro… el hielo sigue ahí parado. Tres bajo cero. Dos bajo cero. Uno bajo cero. Todo sigue igual. Pero cuando el termómetro llega a los cero grados, el hielo empieza a derretirse. Un grado lo cambia todo.
Los momentos cruciales suelen ser el resultado de la acumulación de muchas acciones previas. Para que la temperatura llegue a cero grados, tiene que pasar por menos uno, y por menos dos, y por menos tres…
Cambiar es difícil porque los resultados tardan en llegar. Construir hábitos es difícil porque al principio los resultados son invisibles. Para que se materialicen, tienes que pasar por el valle de la desmotivación. Paciencia. Tu esfuerzo no se ha perdido; se ha estado acumulando. El interés compuesto tarda en dar sus frutos.
Sergio-.