Cómo ser más sabio (VIII): desafiar lo establecido mediante la burla
Octava parte del libro Sapienciología, de Sergio Parra
«Cada broma es una pequeña revolución». — George Orwell
«No te tomes demasiado en serio. Solo eres un mono con un plan». — Naval Ravikant
La risa puede ser un acto lleno de sabiduría. Después de un tema tan serio y sesudo como los deberes políticos, retomamos la serie Cómo ser más sabio para explorar la importancia de la burla.
Esta serie está basada en el libro Sapienciología, de
(que puedes comprar aquí). En Cómo ser más sabio exploramos las diferentes dimensiones de la cualidad que aglutina todas las características y acciones deseables en una persona; la cualidad a la que llamamos sabiduría.Estos son los 9 accionables. Navega por ellos haciendo clic.
Desafiar lo establecido mediante la burla
Conectar el todo, superando la suma de las partes
Las ideas que sólo pueden sobrevivir en una burbuja, aisladas de la crítica, no merecen atención. El poder solo permite el humor que no muestra sus costuras ni las de su ideología. La mentira necesita protegerse de la implacable realidad. La verdad sobrevive al caos, la ironía y el sarcasmo.
Reírse de lo que no trae problemas es fácil. La corrección política y la censura intentan imponer un discurso que no ofenda a nadie. «El coste de evitar todo sufrimiento sería una forma de sufrimiento aún mayor: que nadie osara jamás hacer una broma por temor a ofender».
Lo que a unos les ofende, a otros les sirve para lidiar con el absurdo de la existencia. El mejor uso del humor es sutil; en palabras de la escritora Mary Wortley Montagu: «la sátira debería, como una afilada y pulida cuchilla, herir con un toque que apenas se note o se vea».
Un recordatorio: en la era de las redes sociales, sobrevaloramos las opiniones como medida del carácter. Lo que haces te define más que lo que dices. Las palabras son baratas y fáciles de falsificar. Los hechos tienen un precio que hay que pagar.
El humor nos recuerda que no deberíamos tomarnos la vida demasiado en serio. Nos conecta con los demás. Nos permite cuestionar al poder. Nos muestra el ridículo de nuestras propias creencias, facilitando el cambio mental. Y nos ayuda a lidiar con el drama: reírnos de nuestros propios problemas puede tener efectos terapéuticos y hacer de nuestra tragedia algo más llevadero.
La risa nos libera, nos iguala y nos recuerda que todos somos unos pobres desgraciados que estamos aquí de paso. El sabio se ríe de su locura y de la del mundo.
Sergio-.
Creador de esta newsletter y orgulloso autor del libro Aprendizaje infinito.
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