Las nuevas generaciones le tienen pavor al compromiso y al sacrificio. Llevamos mal eso de quemar las naves. Preferimos tener un plan B por si las moscas. Criados en un entorno de incertidumbre constante, la opcionalidad aparece como un refugio seguro.
Soy Sergio San Juan. Estas leyendo Aprendizaje Infinito, una newsletter semanal donde aprender cada viernes.
En esta edición, daré una visión contraria a la opcionalidad, una de las ideas que me descubrió Antifrágil y que más han cambiado mi forma de ver el mundo.
Cómo ser estúpido
“Si alguien posee opcionalidad no hace falta que posea mucho de lo que se suele llamar inteligencia, conocimiento, perspicacia, aptitudes y esas cosas complicadas que ocurren en el cerebro. Y es que no es necesario que acierte tantas veces. Lo único que necesita es tener la prudencia de no hacer tonterías que le perjudiquen (algunos actos por omisión) y reconocer los resultados favorables cuando se den (la clave es que esta evaluación no tiene que hacerse de antemano, sino después del resultado)”.
- Antifrágil
La opcionalidad es el arma de la antifragilidad. En palabras de Taleb, “la capacidad extraordinaria de actuar siguiendo una forma racional de ensayo y error”. Tener opciones es contar con el derecho, y no la obligación, a realizar una acción. En una palabra, una opción es una posibilidad. A más opciones, más posibilidades y mayor libertad (tienes más donde elegir). Para Taleb tiene mucho sentido contar con opciones porque nos permiten estar expuestos a Cisnes Negros positivos (sucesos inesperados con grandes consecuencias, positivas en este caso, que explicamos a posteriori).
Decidir implica renunciar
En el mundo de incertidumbre en el que vivimos, adquirir opciones se ha convertido en la forma más segura de jugar la partida. Todo tiene un precio y la seguridad no es una excepción. Maximizando la seguridad, manteniendo opciones abiertas, renuncias a recursos invertidos en lo que podría ser tu mejor jugada. Esperas a arriesgar y en la cómoda espera, protegida por tus opciones, acabas dejando pasar la verdadera oportunidad por un futuro que nunca llega.
"… trabaja duro en la escuela secundaria para que te vaya bien en el instituto; trabaja duro en el instituto para que te vaya bien en la universidad; trabaja duro en la universidad para que puedas conseguir un trabajo respetado; y consigue un trabajo respetado para que un día, hacia el final de tu carrera, puedas por fin hacer lo que quieres hacer".
- Peter Thiel’s Religion
En lugar de arriesgarte y trabajar en proyectos que merezcan la pena, adquieres opciones. Formar una familia, tener una pareja estable, crear una empresa que demande gran parte de tu tiempo, especializarte en un campo concreto, construir relaciones de amistad sólidas … ejemplos que disminuyen tus opciones. El compromiso y el sacrificio trae consigo cosas muy valiosas que la opcionalidad no puede igualar.
"La distancia más corta entre dos puntos es una línea recta. Si tus sueños son evidentes, persíguelos. La creación de opciones y la compra de billetes de lotería no son estaciones de paso en el camino para perseguir tus resultados soñados. Son desviaciones peligrosas que te cambiarán”.
- The Trouble with Optionality
La opcionalidad es una buena estrategia, sobre todo al inicio, pero hay que ponerla en práctica con cabeza. El objetivo no es maximizar las opciones, ¡te pierdes todo lo bueno que tiene el compromiso! El objetivo es situarte en una posición que te permita encontrar tu gran oportunidad. Cuando aparezca, ejecuta las opciones, sacrifica la seguridad, quema las naves y asume el riesgo. Si merece la pena, comprométete.
Sergio -.
P.d: Creo que, como en casi todo, se trata de encontrar tu enfoque. ¿Qué nivel de opciones-compromiso encaja mejor con tu momento actual?
P.d.2: Estos tres artículos han inspirado esta edición:
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Gracias por leer Aprendizaje Infinito.
Nunca he sido fan de la opcionalidad. Absolutamente todas las cosas buenas que he tenido en mi vida, las tengo al comprometerme con ellas por un largo período de tiempo o para siempre.
Creo que un buen consejo si se te dificulta comprometerte, es entender que en realidad no hay respuestas correctas o incorrectas previas a tomar una decisión. Solo puedes saber el resultado después de hacer algo y si nunca haces nada, te limitas a vivir en una constante expectativa, que es lo que la mayoría de la gente parece hacer. Inevitablemente vas a cometer errores y vas a tener aciertos, no hay certeza de nada.
Hay que vivir, arriesgarse y hacer, sobre todo cuando hay razones e intuición para hacerlo.
La claridad mental de tus reflexiones no deja de asombrarme. Una delicia de texto. Gracias Sergio