La presión por encajar en el grupo limita tu creatividad. Sales de tu etapa de apprenticeship habiendo perdido el atrevimiento y la exigencia. Ya no cuestionas como el niño que eras. Ahora das por hecho el mundo. Has construido una identidad alrededor de tus ideas y creencias. Ahora dudar es un ataque a tu persona y a tu identidad. Dejas de dudar. Abandonas las preguntas, olvidando que “aquellos que consiguen mantener un nivel alto de creatividad son aquellos que consiguen retener una parte de su espíritu de infancia a pesar de las presiones y demandas de la adultez.” El maestro, además de creativo, es capaz de enfocarse de manera profunda en problemas o ideas. Foco y mantener la mente abierta, acompañado de paciencia y disciplina. Casi nada.
Lo que sabes te genera una sensación de falsa seguridad. Lo desconocido asoma por la ventana con mirada desafiante. ¡No puedes evitar la incertidumbre! El mundo es incierto. Tu mente apunto de apagarse por falta de novedad, te pide cambios. El conformismo aparece como refugio; la incertidumbre, como fuente de retos. Aprender nuevas ideas te da tus chutes de dopamina. No puedes vivir sin ello. El maestro aprende en profundidad su campo y va un paso más allá del mero consumir. El maestro crea, combinando un riguroso aprendizaje con el desordenado proceso creativo. Greene, intentando entender este misterioso fenómeno, lo estructura en tres fases: la tarea creativa, la estrategia creativa y el punto de inflexión.
I. La tarea creativa. El tiempo y el esfuerzo son indispensables para crear. Los años de experimentación, llenos de fallos, son también ingrediente necesario. El foco, obligatorio a lo largo de la travesía. Incluye además paciencia y confianza en lo que haces. La mente más brillante, sin disciplina o enfocada en el problema incorrecto, acaba malgastando su potencial. El dinero está bien, pero si no hay nada más, difícilmente crearás algo significativo. Cuentas con verdadera libertad de movimientos para explorar cuando dominas los principios. Si quieres simplicidad y seguridad, te has equivocado de lugar. Sabrás la tarea pero nunca sabrás a dónde te llevarán tus esfuerzos. Sin incertidumbre no hay creatividad.
II. Estrategias creativas. Nuestro hardware, evolucionado para mantener energía en un mundo competitivo, prefiere la rutina a lo desconocido. El inconveniente: la creatividad y las nuevas ideas prefieren la incertidumbre. Robert Greene te advierte: “La necesidad de certeza es la gran enfermedad que la mente enfrenta”. Debe existir espacio para el encuentro fortuito en tu rígido plan. Lee libros que no puedas poner en el currículum. Siéntete cómodo fuera de tu disciplina. Cede las riendas a tu curiosidad. Desconocer el destino es parte del juego. El camino es largo, conviene no quemarse. Alterna disciplina con descanso. Disfruta del paseo por tu ciudad, de la conversación con un familiar y del viaje a la otra punta del mundo. Todos tus momentos del dia enriquecen tu visión del mundo. Todo es parte de la vida. No te creas el engaño de los compartimentos. La vida es un todo.
III. El punto de inflexión. El maestro debe convivir con su alta exigencia. El deadline, natural o autoimpuesto, es el mejor remedio contra el perfeccionismo. Creas, te apetezca o no. La ausencia de compromiso te acaba perjudicando. La presión te ayuda a mantener la constancia y superar los retos del camino. Greene destaca 5: complaciencia, conservacionismo, dependencia, grandiosidad e inflexibilidad. Frente a la complaciencia, un recordatorio de tu ignorancia. Frente al conservacionismo, la visualizacion negativa de los estoicos. Frente a la depencia, distancia para ignorar el ruido y tenacidad para perseguir la señal. Frente a la grandiosidad, asumir el papel de la suerte y memento mori. Frente a la inflexibilidad, adaptabilidad.
Cierra Robert este apartado con sus ya habituales estrategias. Esta vez comparto las que más resuenan de forma desordenada. Comprométete con el proceso y prueba hasta encontrar tu propia voz. No dejes que una campo te limite, aprende por interés no por etiquetas. No te separes mucho del barro o correrás el riesgo de olvidar lo importante. Deja tiempo para perderte por la madriguera. Dale tu toque personal a lo que haces. No te dejes engañar por el modelo. El mapa no es el territorio. La realidad también está formada por pequeños detalles. Sobre todo, mantén la inocencia del niño. Cada día tienes una nueva oportunidad para seguir descubriendo. Cada día tienes una oportunidad para crear algo nuevo.
Esta edición es la cuarta parte de una serie de post alrededor del libro Maestría, de Robert Greene. Accede a la primera parte. Accede a la segunda parte. Accede a la tercera parte. Pronto, la última parte.
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Gracias por leer Aprendizaje Infinito.