Si un problema es complejo es porque nadie antes lo ha resuelto con éxito. Si fuese complicado buscarías a un experto. Si fuese simple acudirías al tutorial de Youtube. Si quieres navegar la complejidad, te toca buscar en lo desconocido.
Das tus primeros pasos y te das de bruces con los sistemas. Pensar en sistemas te da una nueva visión del mundo. Te pones las gafas de pensador sistémico y ya no hay vuelta atrás. Desde los ojos que te permiten leer estas líneas hasta el planeta, pasando por tu comunidad de vecinos, el mundo está repleto de sistemas. Sucede a la vez y en todas partes. Empiezas a ver bucles de retroalimentación. Dejas de culpar a los individuos y buscas soluciones en la estructura del sistema. Te das cuenta que, en un mundo que se adapta, aprender es más importante que planear.
Las líneas de esta semana pretenden ordenar mis ideas alrededor del pensamiento sistémico. Ni confirmo ni desmiento que haya alguna que otra edición alrededor del tema. Al final dejaré una lista de recursos que me han ayudado a introducirme en este campo.
El romance entre la ingeniería y las ciencias sociales genera preciosas disciplinas. Las personas siendo personas y los ingenieros, con su enfoque cuadriculado, tratando de modelarlas. La teoría es sencilla: identificas el problema, buscas datos, evaluas alternativas, seleccionas la solución y la implementas. La práctica esconde retos en cada una de las fases.
Prudencia y coraje
Un sistema es un conjunto de partes interdependientes con un propósito común. A poco que lo pienses, hay sistemas por todas partes. Esta idea puede paralizarte y volverte incompetente. El riesgo de quedarte a vivir en las nubes y no bajar nunca a tierra es real; lo he visto en gente muy inteligente. Donella Meadows hace una declaración de intenciones en el comienzo de Pensar en sistemas: “No me interesan las teorías más abstractas y sólo me interesa el análisis cuando puedo ver cómo resolver problemas reales”.
Pensar en sistemas te permite analizar los problemas desde una perspectiva diferente. El todo no es la suma de las partes. Combinas el análisis de cada elemento con la síntesis de todo el sistema. Teniendo en cuenta las características de cada elemento y los comportamientos que emergen cuando interactúan con el resto del sistema, te lanzas a (intentar) resolver el problema. El objetivo no es tener una visión perfecta de la realidad - ¡misión imposible! -, el objetivo es estar mejor preparado para navegar la complejidad.
Todos los modelos son incorrectos pero algunos son útiles. El reto está en seleccionar el nivel de detalle de tu modelo. Como en muchas ocasiones, toca buscar el término medio. Pecar de simplista puede tener consecuencias desastrosas. Ya lo advirtió Einstein: “Haz las cosas tan simples como sean posibles pero no más”. El otro extremo - el de vivir en las nubes - acaba en inacción. Cuando te enfrentas a sistemas complejos necesitas la prudencia para no hacer saltar todo por los aires y el coraje para actuar sin toda la información. Eres consciente de que tus acciones pueden tener consecuencias inesperadas. Entiendes también que nunca podrás saberlo todo. No hay acción sin riesgo. La magnitud del problema y sus potenciales consecuencias determinarán el nivel de análisis, buscando siempre solucionar el problema.
El iceberg y la bañera
Encuentro en el iceberg una útil metáfora para acercarme al pensamiento sistémico. El evento o suceso se ve a simple vista, muestra el síntoma y solo te permite reaccionar. Donella captura el inconveniente: “Actuar solo cuando el problema se vuelve obvio es perder una oportunidad para solucionar el problema”. Te sumerges un poco y encuentras patrones o tendencias que te permiten anticiparte a los eventos. Sigues bajando y descubres la estructura del sistema. Diseñándola , cambiarás los patrones de comportamiento. Antes de emerger a la superficie das un último coletazo hacia el fondo. Llegas a divisar los modelos mentales, mitos y metáforas que soportan la estructura, permitiendo que el sistema funcione como lo hace. Donella los llama paradigmas y, para ella, son una de las palancas más poderosas para influir en un sistema. Sobra decir que a mayor profundidad, mayor dificultad para actuar, aunque también mayor impacto en el sistema.
Me acerco al final con la sensación de que me he quedado en la superficie. Intento salvar la papeleta a última hora definiendo algunos conceptos clave. Recurro al ejemplo de la bañera para explicar los stocks y los flujos. El stock es el elemento de los sistemas que puedes ver, sentir, contar en cualquier momento: el agua de la bañera. Los flujos: el grifo (flujo de entrada) y el desagüe (flujo de salida), influyen sobre la cantidad del stock. Dentro del sistema se producen retrasos: la bañera no se llena inmediatamente después de abrir el grifo; la explicación por la que el evento solo te permite reaccionar.
Dedico las últimas líneas al concepto que creo más potente: los bucles de retroalimentación. Su enseñanza es que ninguna acción existe de forma aislada. Cualquier decisión influye en el sistema y si hablamos de efectos secundarios es porque simplemente no hemos pensado en todas las consecuencias de nuestras acciones. Difícil explicarlo mejor que Donella:
Dejarás de pensar en términos de un mundo estático, pensarás en uno dinámico. Dejarás de buscar a quién culpar; en su lugar empezarás a preguntar, “¿Qué es el sistema?” El concepto de feedback te abre a la idea de que un sistema puede causar su propio comportamiento.
El problema no está “ahí fuera” esta “aquí dentro”, en el sistema.
Sergio -.
Lista de recursos
Lo prometido es deuda. Algunos libros, podcast y artículos que me han permitido aterrizar en el fascinante mundo de los sistemas.
Thinking in systems, de Donella H. Meadows (libro)
Web de Donella (artículos): puntos de apalancamiento: lugares para intervenir en un sistema y bailando con sistemas
Serie sobre complejidad y pensamiento sistémico de Polymatas (podcasts): intro a sistemas complejos, el arduo camino del pensado sistémico y 12 hábitos del pensador sistémico
Dinámica de sistemas MIT (vídeo)
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Lo cierto es que este libro (y el tema en cuestión), además de como dices cambiarte desde el primerisimo momento la perspectiva con la que aproximarte al mundo, es una madriguera de conejo en toda regla. Por si fuera poco, creo que el libro en sí mismo es un resumen de lo que Dana pretende transmitir, por lo que resumirlo es una tarea que da vértigo: tocas un punto y sientes la obligación de mencionar todos los demás.
Me gusta que, más que un resumen, simplemente has tratado de pasar por encima de algunos puntos clave. Yo lo intenté hace poco con dos de ellos y un estilo menos trabajado que el tuyo ;) (https://www.linkedin.com/posts/adrian--ibarra_activity-7024101406831702018-4wmS?utm_source=share&utm_medium=member_android).
Un placer leerte Sergio!
Totalmente de acuerdo, cuando empiezas a pensar y ver en sistemas, ya no hay vuelta atrás :-)
Por cierto, para quienes el inglés no sea un problema, este audiolibro me parece imprescindible:
- Understanding complexity: https://www.audible.com/pd/Understanding-Complexity-Audiobook/1629976849
Da igual si ya controlas del tema o estás empezando, te abre mucho los ojos.
Otro audiolibro del mismo autor (Scott E. Page) que es muy interesante y que, sin hablar directamente sobre los sistemas complejos, ayuda a entenderlos mejor, es este sobre la diversidad (aunque en el sentido menos político y más amplio de la palabra):
- The Hidden Factor: Why thinking fifferently is your greatest asset: https://www.audible.com/pd/The-Hidden-Factor-Why-Thinking-Differently-Is-Your-Greatest-Asset-Audiobook/1629976830
Y para gente a la que quiera ver cómo se puede aplicar la complejidad de forma práctica a la percepción, la psicología (con la psicología ecológica en este caso), el desarrollo de habilidades, al entrenamiento e, incluso, a la rehabilitación, este libro es oro puro:
-How we learn to move: https://www.amazon.es/How-We-Learn-Move-Revolution-ebook/dp/B09K1T1TG4
Un placer ver más gente interesada en estos temas y en nuestro idioma :-)
¡Un saludo!