Hay ideas que mejoran cómo te acercas al mundo. El comienzo del infinito está repleto de ellas. Sólo en el primer capítulo encuentro una filosofía para conocer mejor la realidad. Naval y Brett, con sus podcasts, facilitan la digestión de las ideas que no soy capaz de entender con la simple lectura. Dedicaré algunas ediciones de Aprendizaje Infinito a tratar de explicar, con el objetivo de aprender y con la escritura como arma, las ideas de David Deutsch. Hoy, la primera.
Los límites de la experiencia
Puedes explicar eventos que suceden más allá de tus sentidos. El Sol arde a 150 millones de kilómetros y lo sabes. No son tus sentidos los que atraviesan el velo de las apariencias. “Creemos ver y sentir que la Tierra está en reposo debajo de nuestros pies cuando en realidad está dando vueltas sobre sí misma”. Tus sentidos no son el origen del conocimiento. Es el intento audaz de adivinar cómo funciona el universo lo que te permite conocer.
La experiencia no crea la teoría, la experiencia la pone a prueba. El frágil pavo te muestra los límites del inductivismo: el futuro no tiene por qué parecerse al pasado y la experiencia engaña. No todos los cisnes son blancos. La experiencia busca refutar tus teorías. Si logra desmontar lo que sabes, surge el bendito problema de tener que encontrar una mejor explicación.
Adiós, autoridad. Hola, crítica.
¿En qué autoridad confiar? La pregunta mal planteada te empuja a resolver el problema equivocado. No buscas certeza, buscas verdad. No necesitas entonces autoridad alguna para conocer el mundo. Necesitas un método para que tu conocimiento siga mejorando. Dejas atrás la búsqueda de justificaciones y emprendes el camino de la crítica constante. ¿El objetivo? Encontrar cada vez mejores explicaciones del mundo. ¿El método? Tratar de destruir tus explicaciones actuales. Admites que hay una verdad objetiva - aunque podrías estar equivocado - y emprendes el camino con la mentalidad del científico. Progresas corrigiendo errores, mejorando así las explicaciones existentes. La nueva idea se cruza en tu camino. Aparecen dos opciones: te la quedas o la desechas. Si mejora tus explicaciones, la añades a tu conocimiento del mundo; si las empeora, la olvidas. Independiente del resultado, vuelves a emprender la búsqueda para que otra idea te sitúe de nuevo en la encrucijada. El camino es infinito; la crítica, su comienzo.
Nullius in verba. No necesitas la aprobación de nadie. No confíes en la palabra de nadie. El lema de la Royal Society rompe el círculo vicioso de la historia. Hasta la Ilustración, una autoridad caía para ser reemplaza por otra. La tradición crítica cambia por completo el juego. Sustituimos el estático confort de las justificaciones por el progreso de las refutaciones. Te despides de la engañosa ilusión y saludas a lo lejos. Adiós, certeza. Hola, verdad. Dejas de rehuir los problemas para enfrentarlos, llegando hasta el punto de, como escribió Popper, enamorarte de ellos.
“Pienso que solo hay una manera de llegar a la ciencia o, si se quiere, a la filosofía: conocer un problema, ver su belleza y enamorarse de él; casarse con él y vivir juntos hasta que la muerte nos separe, a menos de que antes conozcamos a otro problema aún más encantador o a menos de que consigamos encontrar efectivamente una solución. Pero incluso si encontramos una solución, es posible que luego descubramos, con gran alegría por nuestra parte, la existencia de toda una familia - igualmente encantadora aunque tal vez más difícil - de problemas - hijos…”
El realismo y el objetivo de la ciencia (1983)
Elige tu problema, enamórate y trata de resolverlo; mejores problemas te esperan. Sigue criticando para entender mejor el mundo. Sigue avanzando en el infinito camino de aprender. Nunca dejes de meterte en problemas.
Sergio -.
P.d: gracias a Joseba por despertar mi curiosidad hacia las ideas de Deutsch.
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