El viaje interior comienza desconociendo la propia ignorancia. Queda un largo camino al máximo rendimiento, donde el conocimiento fluye sin apenas esfuerzo. De la arrogancia del ignorante a la elegancia de Lionel pasando el balón al fondo de la mallas. De la incompetencia inconsciente a la competencia consciente. En el libro The Art of Learning, Joshua Waitzkin comparte su visión del aprendizaje y ofrece valiosos consejos para este viaje.
Josh fue un niño prodigio del ajedrez que, tras alcanzar el rango de Maestro Internacional, se dedicó al Tai Chi Chuan, un arte marcial en el que también alcanzó la cima ganando varias finales internacionales. También consiguió el cinturón negro en Jiu-jitsu brasileño.
Este libro es un intento de traducir a palabras los principios, aplicables a cualquier disciplina, para ir desde la completa ignorancia al máximo rendimiento. El reto no es baladí, es difícil concretar principios que buscan ser universales. En esta edición voy a tratar de destilar los fundamentos.
La maestría poco tiene que ver con la adulación externa. En sus peores momentos como ajedrecista, Josh aprendió que «estar en la cima a ojos de los demás no tenía nada que ver con la calidad de vida.» «La gloria es un poderoso incentivo» pero no debes olvidar que en «el mundo de los actores y músicos (y cualquier otro tipo de arte o competición) está lleno de enormes expectativas, una competitividad salvaje y una diminuta ventana de posibilidades realistas.»Llegar a la cima es un viaje interior.
La confianza es fundamental pero un exceso te fragiliza. Sobrestima tus capacidades y la caída, que inevitablemente llegará, te dolerá más de la cuenta. En estos malos momentos, Josh aboga por recuperar la perspectiva y «responder al fracaso con trabajo duro.» A veces viene bien desconectar para volver con nuevas ideas y el tanque cargado. Sin olvidar que, si para ti es lo suficientemente importante y aunque el resto no lo entienda, renunciar no es una opción.
Existen dos grandes actitudes al acercarse al aprendizaje: la incremental y la de entidad. La actitud incremental entiende la maestría como fluida, alcanzable mediante el trabajo. La actitud de entidad cree que la maestría es estática, una capacidad inamovible en el tiempo. Posiblemente haya un poco de ambas. El enfoque más útil para el aprendiz, aunque implique cierto autoengaño, es «asociar el esfuerzo al éxito y creer que puedes llegar a ser bueno en cualquier cosa con un poco de trabajo duro.» Mientras que centrado en el proceso encontrarás puntos a mejorar, enfocado en el resultado encontrarás aplausos o lamentaciones. No me malinterpretes, que el foco deba estar en el proceso no significa que los resultados no importen. Josh describe el peligro:
He visto a muchas personas de diversos campos tomar alguna versión de la filosofía process-first y transformarla en una excusa para no arriesgarse nunca o fingir que no les importan los resultados. Afirman no tener ego, que sólo les importa aprender, pero en realidad es una excusa para evitar enfrentarse a sí mismos.
El conflicto interno es una parte fundamental del viaje. Normalmente las dificultades traen consigo crecimiento. Puedes intentar evitar los obstáculos pero tarde o temprano te acabarán encontrando. Busca el reto en lugar de evitarlo. Haz las paces con la incomodidad. Llevando al límite tus capacidades encontrarás el flow y las oportunidades de mejora. Aunque como con (casi) todo, en el equilibrio está la virtud. Josh explica también este punto de forma magnífica, conectándolo con la idea anterior.
Los campos del aprendizaje y el rendimiento son una exploración de lo gris, de lo intermedio. Existe un cuidadoso equilibrio entre esforzarse sin descanso, pero no tanto como para derretirse. (...) Un competidor tiene que estar orientado al proceso, buscando siempre rivales más fuertes para estimular el crecimiento, pero también es importante seguir ganando lo suficiente para mantener la confianza.
«Pienso en el aprendizaje como autoexpresión sin obstáculos.» Me gustó mucho esta forma de acercarse al aprendizaje que plantea Josh. Aprender implica eliminar los obstáculos entre tu yo actual y tu mejor versión. El poeta Píndaro inmortalizó la idea en la frase «llegar a ser el que eres.» Entiende tus peculiaridades, aquello que te hace ser diferente. Desaprende los malos hábitos y elimina las distracciones. No vivas de forma reactiva gobernado por la dopamina barata. Deja de buscar orden ahí fuera. Frena tu instinto de animal social y no dejes que las expectativas ajenas guíen tus decisiones. No participes en juegos de estatus ni caigas preso de una reputación que proteger. No des nada por hecho. No bajes el listón. Si no entrenas a diario no esperes estar preparado cuando llegue la oportunidad. Anticípate y cultiva la proactividad. Dedica tiempo a lo esencial. Protege el espacio para pensar. Responde una y otra vez a qué es lo más importante. Céntrate en lo que puedes controlar. Experimenta, conócete y mantén lo que te funciona. El camino es largo y sólo alcanzan la cima los pacientes.
Sergio-.
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Gracias por leer Aprendizaje Infinito.
He ido a google a buscar ese gráfico maravilloso y me he encontrado con miles de diseños del Growth Zone, a cual más feo y confuso. Pero este tuyo se merece una camiseta!
No puedo estar más de acuerdo. Ahí veo que una de las claves de la vida: Admitir que gran parte de las distracciones a las que nos entregamos sólo son una excusa para no enfrentarnos a nosotros mismos, a nuestros miedos y demonios. "Haz las paces con la incomodidad". Muchas veces la incomodidad exterior refleja el miedo, la pereza, o la vergüenza interior.
Para "llegar a ser el que eres" es importante "dejar de buscar orden ahí fuera", "no participar en juegos de status", y "entrenar a diario ".
¡Cuánta sabiduría y sentido común de principio a fin! Gran texto, Sergio