Desear te hace humano. René Girard encuentra en la imitación la explicación a nuestros deseos. Tú te autoengañas pensando que surgen de una elección personal. La mentira romántica: creer que lo que deseas está bajo tu control. El deseo para Girard es mimético. Una tercera persona, el modelo, es la que te hace desear. Te crees original pero lo único que quieres es parecerte a otro.
Soy Sergio San Juan. Estas leyendo Aprendizaje Infinito, una newsletter semanal donde aprender cada viernes.
Es parte de tu naturaleza. Conocer la mimesis no evitará que caigas en ella. Para el filósofo francés el deseo metafísico, desear por lo que el deseo dice de ti y no por el propio objeto de deseo, nos perjudica. Probar a los demás quien eres, señalizar lo bien que te va, querer parecerte al modelo sin importar qué desear; todos ellos comportamientos sospechosos. Por otro lado, el deseo físico: desear el propio objeto de deseo, la experiencia en si. La comida sin foto de Instagram, la lectura sin tweet, el paseo por el bosque sin pregonarlo a los cuatro vientos o las vacaciones silenciosas alejadas del postureo.
¿Por qué haces las cosas? Girard nos anima a priorizar los deseos físicos, a desear la experiencia y no lo que el deseo dice de nosotros. El autoengaño vuelve al acecho. ¿Quién quiere pensar que vive para los demás? Intuyo que la verdad, quizás me equivoque, se encuentra en los grises: una mezcla entre deseo metafísico y físico. Deseas por lo que el deseo dice de ti y por el propio objeto de deseo. Si te vas de vacaciones a un destino paradisiaco, ¿por qué no decirle al resto del mundo lo bien que te va? Quieres disfrutar la experiencia pero, como animal social, también quieres validación.
Los deseos traen problemas que debes gestionar. (1) Desear lo mismo que el resto acaba en competición y violencia. Thiel, antiguo alumno de Girard, lo extrapola al mundo de la empresa. Competir es de perdedores. Lo que quieres como empresario es un monopolio, no una empresa en competencia perfecta. Imitas deseos pero quizás es más interesante diferenciarte. El inconveniente es que desear lo diferente es mucho más complicado porque no obtienes la palmadita. (2) Los deseos no tienen fin. Adaptación hedónica. Sapolsky en Compórtate: “nuestra tragedia humana más frecuente es que cuanto más consumimos, más hambrientos estamos”. Eres capaz de postergar la satisfacción. Quizás tiene sentido comprometerte con unos pocos deseos a largo plazo. Quizás encuentres el sentido en su persecución.
Los deseos dan dirección a tus decisiones. Reflexiona. ¿A qué modelos imitar? Los modelos externos son personas con las que no puedes competir, figuras históricas o gente inalcanzable. Los modelos internos, personas con las que puedes acabar en una lucha por satisfacer tus deseos. Define tus modelos positivos: ¿a quién imitar?, y tus modelos negativos: ¿a quién evitar?
Posiblemente tú seas el modelo de alguien. Abraza la responsabilidad y trata de influenciar positivamente. Eres un animal social: influyes en otros y otros te influyen. Elegir las personas que te rodean, la forma de influir en tus deseos positivamente. Intentar hacerlo lo mejor posible, la forma de influir en los deseos de otros positivamente.
La originalidad es el plagio no detectado. Ni eres único, ni especial. Céntrate en elegir a quién copiar y en qué copiarle. El éxito podría ser eso: superar la mentira romántica y elegir buenos modelos. Empecé a escribir porque admiraba a personas que escribían. Simplemente quiero parecerme a mis modelos, el resto de razones aparecieron después. Muchos vinieron antes que tú y tuvieron tus mismos problemas. Si ya está inventado, imita. Súbete a hombros de gigantes, elige buenos modelos y esfuérzate por parecerte a ellos.
Sergio -.
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Gracias por leer Aprendizaje Infinito.
Muy buen artículo.
Leyéndolo me ha venido a la cabeza un libro que ya he escuchado en varios podcast que lo recomiendan (ojo, que yo aún no lo he leído) pero por lo que he oído hablar de él es probable que te guste ya que parece que tiene que ver con este tema: "Roba como un artista" de Austin Kleon.
Un saludo!