Quejarse es la forma más rápida de adquirir estatus. El enemigo común es la fuerza que más une. Encuentra contra qué o quién lanzar piedras, pregónalo en tu red social favorita y espera pacientemente las palmaditas en tu espalda. La dopamina barata recorre tu cerebro. Pronto sentirás las ganas de seguir señalando. La queja es adictiva. Puede que te hayas librado de la rabia contenida, de la sensación de injusticia, del malestar interno pero ¿a qué precio? Te has convertido en una voz más en el griterío. Justo lo que criticabas.
No todas las quejas valen lo mismo. Me interesa la crítica de los que proponen una alternativa, de las que se remangan para construir. Hay personas que destruyen porque no encajan, porque les ha ido mal en el sistema actual, porque son incapaces de ser competentes. No proponen alternativa. No bajan a pelear a la arena. No me interesan. Busco personas de acción. Busco al hombre en la arena del discurso de Roosevelt:
No es el crítico quien cuenta; ni aquél que señala cómo el hombre fuerte se tambalea, o dónde el autor de los hechos podría haberlo hecho mejor. El reconocimiento pertenece al hombre que está en la arena, con el rostro desfigurado por el polvo y el sudor y la sangre; quien se esfuerza valientemente; quien erra, quien da un traspié tras otro, pues no hay esfuerzo sin error ni fallo; pero quien realmente se empeña en lograr su cometido; quien conoce grandes entusiasmos, las grandes devociones; quien se consagra a una causa digna;
quien en el mejor de los casos encuentra al final el triunfo inherente al logro grandioso, y quien en el peor de los casos, si fracasa, al menos fracasa atreviéndose en grande, de manera que su lugar jamás estará entre aquellas almas frías y tímidas que no conocen ni la victoria ni la derrota.
Uno puede sentirse Diógenes y creer que está por encima de cualquier juego de estatus. No eres un dios; eres un animal social y te importa lo que piensan los demás. Obligado a jugar, elige el camino difícil. Para ganar estatus, construye algo que mejore el mundo.
Si no te gusta lo que ves, cámbialo. Si no te gusta lo que ves y crees que no puedes cambiarlo, no pierdas el tiempo con la crítica barata. Elige un problema y pelea en la arena. No te quejes con palabras, quéjate construyendo.
Sergio-.
Gracias por leer Aprendizaje Infinito.
➜ Cada vez es más difícil encontrar contenido de calidad en Internet. Las tóxicas dinámicas de las redes en la pelea por tu atención desplazan la calidad en favor de la polémica y el truco fácil.
Me quejo construyendo. En los contenidos de pago de Aprendizaje Infinito encontrarás las ideas destiladas de grandes libros, los consejos prácticos de pensadores antiguos y una curación de los recursos más relevantes.
Que gran texto Sergio. Da ganas de compartirlo mucha gente y lo voy a hacer
Me encantó esta 👌🏻