Sobre la prudencia, con Baltasar Gracián | Preguntando a los clásicos #2
Festina lente
Estás leyendo Preguntando a los clásicos, una sección de pago de Aprendizaje Infinito. Vivimos rodeados de contenido creado en las últimas horas que, en su mayoría, dejará de ser relevante en pocos días. Esta sección contiene ideas que han superado la prueba del tiempo.
Baltasar Gracián comparte en El arte de la prudencia, trescientos aforismos de sabiduría práctica para navegar este mundo competitivo y hostil. Uno maximiza su suerte con autodominio y con capacidad de influencia sobre los que le rodean.
«…si bien se piensa, no hay otro camino sino el de la virtud y la prudencia, porque no hay más buena ni mala suerte que la prudencia o la imprudencia».
Imposible aplicar al pie de la letra cada enseñanza de Gracián. En el aforismo 107, te advierte de la falibilidad de las recetas universales: «Las cosas dependen de muchas circunstancias; y la que en un lugar y en un momento triunfa en otro fracasa». El arte de la prudencia está en adaptarse a la situación, en responder en función del contexto. Piensa en los aforismos de Gracián como si fueran las heurísticas de las que hablaba Taleb: «el usuario sabe que no son perfectas, solo convenientes, y por eso no se deja engañar por su poder: cuando lo olvidamos, se vuelven peligrosas».
Algunos nacen prudentes, la mayoría nacemos bárbaros. El consejo de Gracián es «cultivarse para vencer a la bestia». El escritor español confía en la capacidad de aprendizaje del ser humano. «Cada día uno va perfeccionando en lo personal y en lo laboral, hasta llegar al punto más alto, a la plenitud de cualidades, a la eminencia». El autoconocimiento es el punto de partida. «Conocerse es empezar a corregirse». Ser dueño de ti mismo es el objetivo y «no se puede ser dueño de sí mismo si primero no se conoce uno mismo». Potenciar tus fortalezas es buscar el triunfo. «Hay que cultivar la cualidad más relevante y ayudar a los demás. Cualquiera habría triunfado si hubiera conocido su mejor cualidad». Vigilar tus defectos es evitar la derrota. «Nadie vive sin el contrapeso de la mejor cualidad. Si se le favorece, el peor defecto nos dominará como un tirano». Saber es vivir. «Hay mucho que saber y la vida es corta, y no se vive si no se sabe.»