Espectacular, Sergio. Esta semana he mantenido una lucha continua conmigo misma sobre muchos aspectos de los que aquí haces alusión y la verdad es que después de leerte he tenido claro hacia dónde debo ir. Como seguir y cuál es mi objetivo, que a veces por tanto entretenimiento lo pierdo.
Genial artículo, Sergio, muy bien escrito y argumentado. Cabría preguntarse por qué recurrimos a las redes sociales y otros medios para que nos distraigan, por qué somos tan fáciles de distraer. Sabemos a lo que vamos cuando entramos ahí y lo buscamos. Por qué? Porque hay un dolor de fondo, una incomodidad, una angustia vital no vista. La mayoría vivimos vidas que no nos gustan y sentimos emociones que no sabemos cómo sostener. Se puede ver en un grado más bajo cuando estás trabajando en algo difícil intelectualmente y te atascas y quieres coger el móvil. Un chute de dopamina cuando estamos frustrados. Las redes y series cumplen la misma función que la comida basura (hambre emocional) o en el otro extremo que las drogas cuando hay adicción (fumar también). Al final lo que todo esto nos está indicando es que tenemos una sociedad enferma y desconectada de sus sentimientos. Pero las enfermedades se pueden superar y las conexiones restablecer. Esa es la esperanza. Un abrazo! 💜 M.
Para mí ese restablecimiento pasa por darnos cuenta de que lo que creemos que nos satisface en realidad solo nos calma temporalmente, que no está satisfaciendo nuestras necesidades de conexión, intimidad, creatividad, significado, pertenencia. Cuando hay esas carencias de fondo y falta de herramientas para lidiar con ellas, es normal que nos enganchemos a cualquier cosa. El enganche viene porque aquello que promete satisfacernos en realidad no lo hace y buscamos otro chute, y otro. Algo que realmente satisface no nos deja con ganas de más, como una buena comida cuando tienes hambre. En cambio, con el hambre emocional, por ejemplo, da igual lo que comas, al cabo de un rato otra vez tienes que comer, y generalmente algo altamente estimulante.
La clave está en mi opinión, como si fuese una, en distinguir claramente los "buenos" libros para cada uno y lo que sea que quieres hacer/aprender/crear/divulgar de los malos libros. Eres un crack Sergio y tu contenido más aún!
Grande, Alfonso. Hay ideas que perfectamente podrían haber salido en alguna conversación nuestra de hace años, cuando trabajábamos en el oscuro mundo del fitness.
Sumo un punto sobre los medios digitales: así como los algoritmos priorizan lo superfluo y atractivo para retener atención, también pasa que consumimos en su mayoría contenido reciente. Hay un presentismo digital: sólo nos llega lo creado hace pocas horas. Substack no escapa de esto. Pero hay un filtro que no falla: la prueba del tiempo, y es ahí donde deberíamos buscar lo que consumimos (por ejemplo, con libros).
Buen tema el de esta semana...y es que el valor más preciado de esta época está en saber llamar la atención, eso está muy bien pagado, porque ahora mismo hay mucha competencia y tener ese don, no tiene precio.
Eso sí, si lo que hay dentro del contenido no es bueno, al final cae por su propio peso.
“Se viraliza el mensaje simplista, la narración que despierta emociones. El mundo es complejo y nuestra memoria es limitada.” Que el mundo sea complejo y nos hallamos dado cuenta hace muy poquito no cambia la naturaleza humana. Creo que el ser humano no está adaptado al pensamiento complejo. Ser consciente de ello te pone en alerta, pero no cambia la realidad de lo que somos. Aceptar cómo son las cosas ayuda a entenderlas, pero solo para los que tengan la suerte de leer a gente como tú y a otros autores. En muchos ámbitos de la vida se siguen teniendo aproximaciones reduccionistas: medicina, política, economía, deporte. Y son áreas con grandes profesionales. Me pregunto muchas veces cómo adaptarme a la incertidumbre, y creo que es imposible. Y cuando hablamos de sistemas complejos es difícil disociarlos de caos e incertidumbre.
Más que luchar contra la realidad hay que aprender a convivir con ella. Las RRSS y los captadores de atención son la consecuencia, no la causa. El comportamiento humano lleva siglos siendo lo que es. Solo la educación puede aportar herramientas para lidiar con lo que somos como especie.
Insiste y persiste. Despertar conciencias y promover aprendizajes es algo muy loable… si te permite sobrevivir. Porque la supervivencia está en lo más profundo de nuestro ser. Y muchos creadores de contenidos vacíos han encontrado a sus fáciles presas a través de las RRSS.
Muchísimas gracias por estas palabras. Yo agradezco cruzarme con Taleb, que me enseñó esa complejidad y nuestra incapacidad que bien describes en tu comentario.
Espectacular, Sergio. Esta semana he mantenido una lucha continua conmigo misma sobre muchos aspectos de los que aquí haces alusión y la verdad es que después de leerte he tenido claro hacia dónde debo ir. Como seguir y cuál es mi objetivo, que a veces por tanto entretenimiento lo pierdo.
Gracias. Muchas gracias.
Un abrazo.
Cómo me alegra leer esto, Elisa. Dice mucho de ti, como creadora, que hagas este tipo de reflexiones. No hay que perder nunca de vista lo importante.
Genial artículo, Sergio, muy bien escrito y argumentado. Cabría preguntarse por qué recurrimos a las redes sociales y otros medios para que nos distraigan, por qué somos tan fáciles de distraer. Sabemos a lo que vamos cuando entramos ahí y lo buscamos. Por qué? Porque hay un dolor de fondo, una incomodidad, una angustia vital no vista. La mayoría vivimos vidas que no nos gustan y sentimos emociones que no sabemos cómo sostener. Se puede ver en un grado más bajo cuando estás trabajando en algo difícil intelectualmente y te atascas y quieres coger el móvil. Un chute de dopamina cuando estamos frustrados. Las redes y series cumplen la misma función que la comida basura (hambre emocional) o en el otro extremo que las drogas cuando hay adicción (fumar también). Al final lo que todo esto nos está indicando es que tenemos una sociedad enferma y desconectada de sus sentimientos. Pero las enfermedades se pueden superar y las conexiones restablecer. Esa es la esperanza. Un abrazo! 💜 M.
Interesante y profunda reflexión, Marta. Me gusta la idea de reestablecer las conexiones. Abrazo de vuelta.
Para mí ese restablecimiento pasa por darnos cuenta de que lo que creemos que nos satisface en realidad solo nos calma temporalmente, que no está satisfaciendo nuestras necesidades de conexión, intimidad, creatividad, significado, pertenencia. Cuando hay esas carencias de fondo y falta de herramientas para lidiar con ellas, es normal que nos enganchemos a cualquier cosa. El enganche viene porque aquello que promete satisfacernos en realidad no lo hace y buscamos otro chute, y otro. Algo que realmente satisface no nos deja con ganas de más, como una buena comida cuando tienes hambre. En cambio, con el hambre emocional, por ejemplo, da igual lo que comas, al cabo de un rato otra vez tienes que comer, y generalmente algo altamente estimulante.
La clave está en mi opinión, como si fuese una, en distinguir claramente los "buenos" libros para cada uno y lo que sea que quieres hacer/aprender/crear/divulgar de los malos libros. Eres un crack Sergio y tu contenido más aún!
Separar la señal del ruido es sin duda una de las claves. Gracias por las palabras, Manuel
Top Sergio! Gracias por esta publicación
Grande, Alfonso. Hay ideas que perfectamente podrían haber salido en alguna conversación nuestra de hace años, cuando trabajábamos en el oscuro mundo del fitness.
Interesante artículo, Sergio.
Sumo un punto sobre los medios digitales: así como los algoritmos priorizan lo superfluo y atractivo para retener atención, también pasa que consumimos en su mayoría contenido reciente. Hay un presentismo digital: sólo nos llega lo creado hace pocas horas. Substack no escapa de esto. Pero hay un filtro que no falla: la prueba del tiempo, y es ahí donde deberíamos buscar lo que consumimos (por ejemplo, con libros).
Total. Efecto Lindy :)
Buen tema el de esta semana...y es que el valor más preciado de esta época está en saber llamar la atención, eso está muy bien pagado, porque ahora mismo hay mucha competencia y tener ese don, no tiene precio.
Eso sí, si lo que hay dentro del contenido no es bueno, al final cae por su propio peso.
100%. Si no ofreces una contraprestación a quien te presta su atención, cae por su propio peso.
“Se viraliza el mensaje simplista, la narración que despierta emociones. El mundo es complejo y nuestra memoria es limitada.” Que el mundo sea complejo y nos hallamos dado cuenta hace muy poquito no cambia la naturaleza humana. Creo que el ser humano no está adaptado al pensamiento complejo. Ser consciente de ello te pone en alerta, pero no cambia la realidad de lo que somos. Aceptar cómo son las cosas ayuda a entenderlas, pero solo para los que tengan la suerte de leer a gente como tú y a otros autores. En muchos ámbitos de la vida se siguen teniendo aproximaciones reduccionistas: medicina, política, economía, deporte. Y son áreas con grandes profesionales. Me pregunto muchas veces cómo adaptarme a la incertidumbre, y creo que es imposible. Y cuando hablamos de sistemas complejos es difícil disociarlos de caos e incertidumbre.
Más que luchar contra la realidad hay que aprender a convivir con ella. Las RRSS y los captadores de atención son la consecuencia, no la causa. El comportamiento humano lleva siglos siendo lo que es. Solo la educación puede aportar herramientas para lidiar con lo que somos como especie.
Insiste y persiste. Despertar conciencias y promover aprendizajes es algo muy loable… si te permite sobrevivir. Porque la supervivencia está en lo más profundo de nuestro ser. Y muchos creadores de contenidos vacíos han encontrado a sus fáciles presas a través de las RRSS.
Felicidades por compartir tus inquietudes.
Muchísimas gracias por estas palabras. Yo agradezco cruzarme con Taleb, que me enseñó esa complejidad y nuestra incapacidad que bien describes en tu comentario.